jueves, 30 de diciembre de 2010

Ven,


que te guardo del frío
entre las piernas.
Que te dejo en el cuello
el aire prolongado del gemido
y te muerdo la piel
como me enseñaron a comer las naranjas.










lunes, 30 de agosto de 2010

no conozco tu dolor


Aún no te conozco. Sé cada una de tus ilusiones y esperanzas, pero ninguna de tus tristezas. Háblame de tu dolor para que pueda conocerte.

Me contaron que, cuando nací, pesaba tan poco tan poco, que podía hacer equilibrios en el dedo meñique del doctor, y desde entonces, cuando camino, existe un continuo espacio entre el suelo y la suela de mis zapatos.

Ir volando sigue siendo una alegría.

No, porque en días como este, me gustaría descalzarme en la hierba, o en la arena, y sentir el tacto de la vida, ¿sabes?. No necesito ponerme de puntillas para alcanzar un beso, porque ya me ayuda el aire. A veces me gustaría patinar sobre hielo, pero sigue habiendo el mismo espacio vacío, no hay ni siquiera aire de escarcha y camino sobre la nada como los pingüinos sobre el frío.

Eso es un leve dolor.

Esperabas que hablase del desamor ¿no es cierto? O de la muerte, ¿a que sí? Bien, no es lo mismo, pero esta misma levedad parece que me esté apartando de todo lo demás. No sé si lo entenderías pero, tú que quieres conocer mi dolor, porque crees conocerme casi del todo, deberías saber que mis ilusiones y esperanzas, no son otras que adherirme a las cosas con una fuerza irreal, vivir esta vida que se me escapa a dos centímetros de la piel.


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Recuerdo cómo hizo crujir uno a uno los huesos de sus dedos y me aseguró que se comería el mundo. No lo dudé ni por un solo instante, pues era así como decía la verdad: despacio, y con la mirada fija en un punto.
Dudaba en todas las demás cosas insignificantes, como cuando elegía si besarme en la nariz o en los párpados.
Dudaba en todo menos en quererme, fija y lentamente.

domingo, 29 de agosto de 2010

cosas pendientes



Le quedaban muchas cosas por hacer. Como teñirse el pelo naranja y salir a bailar. Con las botas de goma y cordones. Como sonreír a cámara con los labios rojos. Como besar despacio. Y dejar huella.







sábado, 31 de julio de 2010




Que se consuman las palabras en los labios
Que contaminen todo el agua del planeta
O que renuncien los filántropos y sabios
Y que se muera hoy hasta el último poeta

pero...




lunes, 12 de julio de 2010

lunes, 5 de julio de 2010

.

Prestarte aquel libro fue mi manera de decir que no estábamos hechos para estar juntos.

Siempre te entendió mi alma, pero no mi corazón.







miércoles, 30 de junio de 2010

NY


Supongo que de vez en cuando debemos tirarnos a la piscina, y pasar un poco de miedo también, como hacemos en las montañas rusas, cuando en la subida el pánico se apodera de nosotros, y en la bajada la adrenalina se dispara con esa sensación incomparable de estar vivos, más que nunca.


Este viaje será una montaña rusa, sin ninguna duda.





miércoles, 12 de mayo de 2010

que sí

que cuando estás, las tormentas son canciones de rock

y cuando no, simples tormentas.

domingo, 18 de abril de 2010



No me refería al verano, me refería a tí.


en todas las estaciones del año.









lunes, 5 de abril de 2010

domingo, 14 de marzo de 2010

Imagina








Caminos de agua. Caminos de agua cristalina y turquesa. Fondos de vida en las fosas de agua dulce, profundas, muy muy profundas y azules. Arena púrpura en la noche, arena fría con reflejos de estrellas. La luna grande, líquida y llena. El olor salado por el día, con la luz más blanca del mundo, con tus ojos más castaños. Volar un rato a cámara lenta, bajo el agua y que ondulen los cabellos entre los peces, como otros peces más. Cerrar los ojos y encontrar rojo el paisaje abstracto de la nada. Dormir a la intemperie, con el crepitar del fuego que le habla a la luna y le regala su aliento. Despertar en un abrazo, de sol y de calma, y después volver. Volver al invierno.

miércoles, 17 de febrero de 2010

domingo, 7 de febrero de 2010

La felicidad.






Hay veces en las que el espacio y el tiempo se confunden, o más bien dejan de existir.

Veces en las que las emociones salen de nosotros mismos, de nuestro cuerpo demasiado pequeño para contenerlas, y nos miran. Ocupan el aire y nos envuelven, siempre y nunca, en esos días y en esas horas que no existen.






lunes, 1 de febrero de 2010

sábado, 30 de enero de 2010